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La San Silvestre Vallecana es una carrera que se corre en el barrio madrileño de Vallecas el 31 de diciembre, antes de otra tradición de Nochevieja: las doce uvas.
Tradiciones de Nochevieja
En todo el mundo existen costumbres para terminar el año y arrancar el nuevo con ánimo. Por ejemplo, las carreras de San Silvestre, que se corren en muchos países y que deben su nombre a san Silvestre I, un papa del siglo IV. La primera se celebró en São Paulo en 1925, pero fue en 1961 cuando llegó a España, a Vizcaya. Cuatro años más tarde, surgiría la emblemática San Silvestre Vallecana por iniciativa de Antonio Sabugueiro y un grupo de amigos que se reunían en un bar del madrileño barrio de Vallecas.
Si buscamos una tradición puramente española, hay que detenerse en uno de los ritos más curiosos y extendidos en toda España: el de las doce uvas. En la medianoche del 31 de diciembre, es costumbre comer doce uvas al son [zum Klang] de las doce campanadas del reloj de la Puerta del Sol de Madrid. Cada uva representa un mes. Según se dice, si se consigue comerlas todas, una por cada campanada, se tendrá prosperidad y buena suerte en el nuevo año. La teoría más extendida sobre el origen de esta tradición se remonta a 1909. En Alicante, los productores de uva, ante el excedente de aquel año, decidieron promocionar su venta durante las fiestas navideñas y empezaron a popularizar pequeños paquetes con doce uvas para consumir en Nochevieja. Sin embargo, según indicios de la prensa de 1882, existe otra teoría que sitúa esta tradición a finales del siglo XIX. En esa época, la clase burguesa solía tomar champán y uvas durante la cena de Nochevieja. Para reírse de esta costumbre, algunos madrileños de las clases populares se acercaban a la Puerta del Sol para comer uvas acompañados de las campanadas.