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Si se encuentra en España en la recta final de la Navidad, es decir, el 6 de enero, no deje de probar el delicioso roscón de Reyes.
La dulce tradición del roscón de Reyes
En España, uno de los días más esperados por pequeños y no tan pequeños es el 6 de enero, Día de Reyes, en el que los Reyes Magos traen los regalos. Este día no falta en las mesas de todos los hogares el mítico roscón de Reyes, un bollo grande con forma de rosca hecho con una masa dulce y decorado por encima con frutas confitadas y azúcar. En su interior esconde una figurita y un haba; quien, al comerlo, encuentra la figurita es el rey del día y a quien le toca el haba paga el roscón.
El origen de esta tradición se remonta a la época romana, a las saturnales, en honor de Saturno, dios de la agricultura. Se celebraba la llegada de los días de sol tras el solsticio de invierno [Wintersonnenwende] y el final del duro trabajo de la cosecha. Era costumbre elaborar unas tortas redondas con higos, dátiles y miel que se repartían a los esclavos a modo de regalo por su trabajo. En el siglo III se comenzó a introducir también un haba seca, símbolo de prosperidad; quien la encontraba, el “rey de reyes”, quedaba libre durante las saturnales. Con el cristianismo, muchas de las festividades romanas se perdieron, sin embargo, la torta de las saturnales se mantuvo en Francia como la tradición del “rey del haba”, por la que el niño que la encontraba recibía regalos. En el siglo XVII, se introduce una moneda como símbolo positivo y el haba se convierte en algo negativo. A España llegó en el siglo XVIII de la mano del primer rey Borbón reinante, Felipe V, y se unió a la tradición de los regalos. Fue en el siglo XIX cuando se cambia la moneda por una figurita de porcelana del Niño Jesús.