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Escuche el texto sobre un baile típico de Madrid:
El chotis, un baile muy madrileño
Si bien el chotis es el baile más castizo de Madrid, su origen no se sitúa en la capital de España, sino en el Reino Unido. De este país saltó al continente europeo y se hizo popular, sobre todo en la región checa de Bohemia. Su denominación proviene del gentilicio “escocés”, en alemán: schottisch. Este baile llegó a España en el siglo XIX. En concreto, a la corte de Isabel II: se bailó por primera vez en el Palacio Real el 3 de noviembre de 1850. Pronto se difundió [verbreitete sich] entre los madrileños que, ante la dificultad para pronunciar el nombre original, terminaron llamándolo “chotis”. A su popularización también contribuyó, en gran medida, la zarzuela, un género lírico teatral parecido a la ópera, nacido en la capital, y que refleja la forma de vida y las costumbres del Madrid de la época. Algo que se repite también en las letras del chotis, que tienen como protagonistas a las gentes de Madrid y a sus barrios más tradicionales, como Lavapiés o Chamberí. Su melodía se caracteriza por el sonido del organillo. A partir de 1890 se empezó a interpretar el chotis con este instrumento, introducido en España por el lutier de origen siciliano Luis Apruzzese. El organillo madrileño se suele transportar en un carro con ruedas, lo que facilita su movilidad y que se pueda organizar este baile en casi cualquier sitio. Por otra parte, el chotis es un baile bastante sencillo y un tanto peculiar: la pareja baila cara a cara y agarrada, y es la mujer la que se mueve alrededor del hombre, que, casi quieto, gira alrededor de sí mismo dirigido por la mujer. No en vano, se suele decir que para bailar el chotis no se necesita más espacio que el de una baldosa.