Starten Sie den Audio-Text
Mit dem Audio-Player können Sie sich den Text anhören. Darunter finden Sie das Transkript.
Lea el texto para conocer más cosas sobre las fiestas grandes de Pamplona, que atraen cada año
a visitantes de todo el mundo. Puede escucharlo en la sección “Comprensión auditiva”.
“Siete de julio, San Fermín”
Los Sanfermines, uno de los festejos españoles más famosos, pero también más controvertidos, se universalizaron a raíz de Fiesta, la novela de Hemingway en la que los describe con intensidad y que tiene como escenario la capital navarra, ciudad de la que el autor norteamericano era asiduo. Sin embargo, el origen de estas fiestas en honor de san Fermín, el patrón de la ciudad y considerado primer obispo de Pamplona, se remonta a 1186. En este año se llevó a Pamplona una reliquia del santo decapitado en el 303 en Amiens, Francia, y se estableció el 10 de octubre como fecha conmemorativa, que durante mucho tiempo fue una fiesta esencialmente religiosa. Pero en 1590 las celebraciones pasaron a julio, un mes con una meteorología más apropiada y que coincide con los mercados ganaderos. Consistían en un pregón e incluían espectáculos como teatro, danzas y una corrida de toros. Lo que por aquel entonces era una actividad práctica, el traslado de los toros hacia la ciudad, se convertiría posteriormente en un evento popular: los encierros. Estos tienen lugar a las ocho de la mañana, momento en que un cohete marca la salida a seis cabestros, corredores y pastores en un recorrido de unos 850 metros. En cuanto al atuendo de blanco con el pañuelo rojo, parece que comenzó en la década de 1930 y se consolidó en los sesenta. Según la tradición, el pañuelo rojo simboliza la sangre de san Fermín durante su martirio. Se lleva anudado al cuello desde el chupinazo, que da inicio a la fiesta el día 6 al mediodía, hasta su final, la medianoche del 14 de julio, en la que los participantes entonan el “Pobre de mí, pobre de mí, que se han acabado las fiestas de San Fermín”.