La familia Pérez, tras las vacaciones de verano, ha iniciado sus los quehaceres cotidianosAlltagsarbeitenquehaceres cotidianos y prepara la vuelta al instituto de Pepín.
Marta: Roberto, ¿cómo puede ser que aún me encuentre arenilla de la playa en los bolsillos de las bermudas, de los bañadores o en las toallas? Pero si ya sacudí bien todo antes de meterlo en la lavadora... ¡Uff!
Roberto: Eso me recuerda al misterio de los calcetines desparejado/aeinzelndesparejados... El otro día metí en la lavadora mi ropa de deporte y un par de calcetines, y cuando saqué la ropa de la lavadora, me faltaba un calcetín... ¡Te lo juro, Marta!
Marta: No hace falta que me lo jures, Roberto; eso le pasa a todo hijo de vecinojedermanntodo hijo de vecino. No sé si es que las lavadoras de ahora las venden con agujeros negros o tienen un doble fondo “traga calcetines”. Para mí que tiene que ver con la física cuántica...
Roberto: Ya que mencionas la física cuántica, ¿dónde está Pepín? Desde que ha venido de Alicante, no se deja ver. Estoy convencido de que, si vuelve la pandemia, a Pepín el confinamiento no le pilla en casa. Le tendremos que buscar en las redes sociales.
Marta: En esta ocasión, sí que sé dónde está. Se ha ido a ver un el portátil de pantalla táctilLaptop mit Touchscreenportátil de pantalla táctil, dice que su ordenador de sobremesa está escacharrado/aruiniert, kaputtescacharrado y que así no puede seguir las clases en línea, que retomará este nuevo curso. Así que habrá que comprarle uno nuevo. No queda otra, Roberto.
Roberto: Cómo nos ha cambiado la vida de un plumazo, mejor dicho, de un “virusazo”. Me acuerdo de cuando aún comprábamos libros de texto y material escolar para Pepín. En cambio, ahora, hemos cambiado los libros por un ordenador de última generación. ¡Que, además, vale un pastón!
Marta: Sí, sí, claro..., pero acuérdate de cuando Pepín iba a primaria... Teníamos que desembolsarzahlen, ausgebendesembolsar también un pastón, un dineral, un pastizal, una sangríaein Haufen Kohleun dineral en material escolar. El carro de la compra se llenaba de libros, cuadernos, carpetas, el forroUmschlag, Einbandforros, el archivadorOrdnerarchivadores de todos los colores..., y suma y sigueund so weiter und so forty suma y sigue.
Roberto: Sí..., me acuerdo de que teníamos que buscar una mochila molón, molona(ugs.) nett, schönmolona, que tuviera el dibujo de algún superhéroe preferido de Pepín y, por supuesto, no podía faltar un estuche con la figura del hombre araña, lleno de bolígrafos, gomas de borrar, reglas, el cartabónWinkelmessercartabón, el compás(hier) Zirkelcompás, etc. Y si no lo encontrábamos, armar una trifulca del copónRiesenstreit anfangennos armaba una trifulca del copón en medio del supermercado.
Marta: Uff, sí. Y ahí no quedaba la cosa... Como cada año dar un estirónin die Höhe schießendaba un estirón, pues nos tocaba comprar un uniforme nuevo, uno para invierno y otro para verano; además de zapatos y deportivas nuevas y, por supuesto, el equipamiento de fútbol del colegio. Vamos, un pastizal. Aquellos años fueron una sangría para nuestros bolsillos. Menos mal que en el instituto público los gastos son menores, aunque también nos merma lo suyo la cuenta corrienteverringert auch ganz schön den Kontostandnos merma lo suyo la cuenta corriente.
Roberto: En el instituto toman más apuntes y usan menos los libros de texto..., aunque hay otros gastos, claro. Pero pensándolo bien, creo que el ordenador portátil casi nos va asalir a cuentasich lohnen salir a cuenta... porque a la larga le sacará más provechowird ihm mehr nützenle sacará más provecho. Las clases en línea es la nueva tendencia en la enseñanza del futuro. Te has quedado muy pensativa, Marta.
Marta: Sí, es que estoy pensando que, quizás, “cualquier tiempo pasado fue mejor”, sin móviles, sin internet, sin redes sociales que nos manipulen, sin “coronavirus”.
Roberto: Pssst..., ni mencionar ese virus en esta casa, no vaya a ser que se despierte el “monstruo vírico”.
Marta: Pues prepárate para un contraataque, porque me da en la narizich habe ein Gefühlme da en la nariz que “el bicho” también se prepara para la vuelta al cole.
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