La Palma, después de la catástrofe

recorrer(hier) entlangfahren​Recorrer la nueva carretera entre Tazacorte y Puerto Naos, construida sobre la lava y abierta desde el pasado mes de agosto, es una experiencia impresionante. Imposible no enfrentarse a sentimientos contradictorios. Si uno no supiera que la lava sepultarbegraben​sepultó más de 1300 viviendas y destruyó muchos otros edificios, se tragóla finca agrícolaBauernhof​ fincas agrícolas, borrarauslöschenborró 74 kilómetros de carreteras y obligó a evacuar a 7000 personas, sucumbir a(fig.) erliegen​sucumbiría sin más a la impactantesehr beeindruckend​impactante belleza de ese campo de lava. Belleza volcánica, inhóspito/aunwirtlich​inhóspita y violenta.​

​En medio de ese negro mar de lava, que en algunos lugares alcanza los 65 metros, casas milagrosamente preservadas, algunas con sus jardines intactos, contribuyen a crear un paisaje hipnótico que corta la respiración. Llegamos a Puerto Naos, antes uno de los lugares más turísticos de la isla, con su bonita playa de arena, y ahora convertida en una ciudad fantasma, cerrada como está todavía por culpa de las la emanación tóxica(hier) giftige Ausdünstung​emanaciones tóxicas provocadas por la erupción, aún muy peligrosas.  ​

Ironías de la vida, uno de los barrios sepultados bajo el volcán se llamaba El Paraíso. Ahí vivía Joselyn, a 200 metros de la que luego sería la boca principal del volcángrößte Krateröffnung​la boca principal del volcán, en una casa recién reformado/afrisch renoviert​recién reformada. Su casa fue de las primeras en ser engullido/averschlungen werden​ser engullidas por la lava, y desde entonces vive con su suegra. Como tantos otros el/la palmero/aEinwohner/in La Palmas​palmeros, perdió su empleo empaquetando plátanos, porque la empresa quebrar(hier) pleitegehen​quebró a raíz de la erupción. Ahora trabaja como voluntaria en la Asociación Social Volcán Cumbre Vieja para ayudar y como forma de terapia. Joselyn entró varias veces en el servicio de urgencias del hospital con el ataque de ansiedadPanikattacke​ataques de ansiedad.​

Reconstruir la vida  ​

Los ataques de ansiedad son uno de los problemas psíquicos más frecuentes, junto con las depresiones, que ha dejado tras de sí la explosión del volcán. El gobierno central les pagó los 60 000 euros prometidos a quienes perdieron su casa, una ayuda importante pero insuficiente para construirse un nuevo hogar dados los precios actuales. Como Joselyn, muchos de los 7000 evacuados viven con familiares o amigos. Otros más afortunados pudieron alquilar algún piso porque tenían los medios. Doscientos siguen viviendo todavía en hoteles de la isla.  ​

Aún no se sabe qué consecuencias tendrá la la inhalaciónEinatmen​inhalación de las sustancias tóxicas que respiraron durante la explosión quienes estaban alrededor del volcán. Una de las zonas más productivas de plátanos de la isla, la principal la fuente de ingresosEinkommensquelle​fuente de ingresos de los palmeros, ha quedado bajo la lava, junto con las viviendas, los colegios, los comercios, las industrias, las iglesias, los cementerios y los centros culturales y deportivos. Incluso en las plantaciones más alejadas de la zona afectada, con la ceniza que cayó sobre buena parte de la isla, esparcirverstreuen, verbreiten​esparcida por los vientos alisios, las cosechas se han perdido o se verán reducidas a casi la mitad.  ​

​Es el drama de quienes han perdido sus orígenes, pues en muchos casos sus viviendas eran herencias de sus abuelos, lugares llenos de recuerdos que han sido borrados por completo. Gentes que buscan desesperadamente una vivienda en una isla donde ya antes era complicado, pero donde ahora, con la escasez de suelo y los precios disparados, es casi misión imposible. Misión imposible para los jóvenes y misión doblemente desgarradora para los ancianos, obligados a reconstruir su vida lejos de donde siempre vivieron.