Faros de España: Guías por cielo y por mar

El misterio, la belleza de los paisajes y las curiosas historias que rodean a los faros han despertado desde siempre un gran interés hacia ellos. Además de todo su encanto histórico, sus el enclave(hier) Lageenclaves espectaculares y las leyendas que los envolver(fig.) umgebenenvuelven, merece la pena conocer su función clave en la la asistenciaHilfe, Unterstützungasistencia al tráfico marítimo: óptica, reflectores,el, la lente(opt.) Linse lentes y automatización al servicio de la seguridad de los barcos. España tiene actualmente 191 faros, de los que 20 son aeromarítimo/aLuft- und Seefahrt-aeromarítimos, es decir, orientan no solo a buques, sino también a aviones.

Faro de Chipiona

El faro de Chipiona (Cádiz) cumplió 150 años en 2017, un siglo y medio dando servicio a barcos y, desde los años setenta, también a aviones, puesto que es uno de los 20 faros aeromarítimos españoles. Este faro de primer orden fue construido en 1867 para marcar la entrada del río Guadalquivir.

Está dotado con una lámpara halógena, cuyo el haz de luz, el destello de luzLichtstrahlhaz de luz alcanza la misma distancia en horizontal que en vertical y llega a treinta la milla (náutica)Seemeilemillas en destellos cada diez segundos. Con sus 69 metros de altura, es el más alto de España, el tercero de Europa y el quinto del mundo. Es obra del ingeniero Jaime Font Escolá, que en 1869 fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica y a quien la población le ha dedicado una calle. Este ingeniero construyó también los faros de punta Carnero y de isla Verde en Algeciras, los de Bonanza y San Jerónimo en Sanlúcar, y el de Rota, así como diversos puentes y caminos en Andalucía. Este faro puede ser visitado por el público, siempre que uno esté dispuesto a subir sus 322 escalones.

También en Cádiz, otro faro interesante es el faro de Camarinal, entre la playa de Los Alemanes y la de El Cañuelo.

Visitas al faro de Chipiona: Ofi­cina Municipal de Turismo de Chipiona.

Entrevista al el fareroLeuchtturmwärterfarero de Chipiona

Septimio Andrés Domínguez, nacido en 1967 en Madrid, es farero desde hace 33 años, 25 de ellos como responsable de uno de los faros de primer orden: el de Chipiona, en Cádiz. Su formación académica es extenso/aumfangreichextensa: el funcionario de carrera(Berufs-)Beamterfuncionario de carrera del el cuerpo de Técnicos Mecánicos de Señales MarítimasDienst für Maschinenbau für Seezeichencuerpo de Técnicos Mecánicos de Señales Marítimas, graduado en Economía y máster universitario en la gestión portuaria y logísticaafenverwaltung und –logistikGestión Portuaria y Logística.

Septimio, casado y con una hija, es uno de los fareros veteranos en España y nos ha explicado su visión de esta profesión.

¿Qué le llevó a convertirse en farero?

Una vez terminado el el instituto(hier) Gymnasiuminstituto, vi un anuncio en un periódico de una academia en Madrid donde formarausbildenformaban a fareros. El eslogan era “un puesto de trabajo con vivienda en la costa”. no lo dudéich habe nicht lange überlegtNo lo dudé. Además, pensé que allí podría continuar con mis estudios universitarios.

¿Cuánto tiempo lleva en este puesto de trabajo y cómo transcurre la jornada normal de trabajo?

Acabo de cumplir 25 años como farero de Chipiona. Me ocupo del servicio de las ayudas a la navegaciónSchifffahrtshilfeayudas a la navegación en la Autoridad Portuaria de Sevilla, lo que implica no solo elel mantenimientoInstandhaltung mantenimiento, sino también la incorporación de nuevas tecnologías en materia de señales marítimas a lo largo del canal de navegación del Guadalquivir. Esto supone estudiar el el estado del arte(State of the Art) technologischer Standestado del arte para tratar de aplicarlo después. Mi trabajo transcurre por las mañanas en una oficina.

¿Qué es lo mejor y qué es lo más duro de este trabajo?

Lo principal es la satisfacción personal, ver que las cosas funcionan. La mejor noticia es cuando un usuario me dice que se navega muy bien por el Guadalquivir y que las señales marítimas le han sido útiles. Lo más duro, sin duda, es la subida al faro, es el más alto de España.

¿Cómo ha cambiado esta profesión a lo largo de los años?

He conocido la antigua la electrónica de válvulasVentilelektronikelectrónica de válvulas y los tiempos en que no existía el GPS. Mi primer destino fue el faro del cabo de La Nao (Jávea, Alicante), que tenía un el radiofaroFunkfeuerradiofaro. Allí llegaban postales de radioaficionados de todo el mundo para que les confirmara que la señal que ellos recibían efectivamente era ese radiofaro. Hoy día todo es electrónica avanzada, programas informáticos y digitalización.

¿Qué futuro imagina para esta profesión?

A nivel mundial no le veo problemas, dado que la IALA (International Association of Marine Aids to Navigation and Lighthouse Authorities) cuenta con su academia para certificar a los futuros profesionales. Los técnicos deben contar con conocimientos de electrónica sólidos y los el gestorBetreibergestores deben ser ingenieros o similares. Todo indica un futuro digital, unido al de los buques autónomossin tripulaciónohne Besatzung sin tripulación.

¿Qué anécdotas curiosas le han ocurrido?

Este faro es visitable desde 1998. Nunca antes lo fue. La primera vez que el Ayuntamiento anunció una visita gratuita, la gente estaba apelotonado/azusammengedrängt, zusammengepferchtapelotonada en el el zaguánVorhalle; Flurzaguán de entrada del faro, como si fuera el primer día de rebajas de un el gran almacénKaufhausgran almacén. Me llamó mucho la atención ver las caras de la gente mirando hacia arriba, en el patio, como si por fin se descifrarentschlüsselndescifrara el misterio.

Su visión de esta profesión…

Para mí es un orgullo ser el farero de Chipiona y tener la ocasión que me brinda la Autoridad Portuaria de Sevilla de poder participar en la aplicación de nuevas tecnologías en la Eurovía Guadalquivir.