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    Hip hop aymara

    AVANZADO
    Ecos 13/2018
    Jugendliche Indigene von den Rändern der großen Städte wie El Alto bei La Paz
    Von Javier Badani

    En la Bolivia del siglo XIX, los indígenas estaban lejos de ser considerados ciudadanos. Para la minúscula élite que gobernaba la nacientejung, entstehendnaciente nación sudamericana, el indio no era más que una "bestia de carga", un "ser inferior" al que "no había que tener compasión". No importaba que los indígenas fueran mayoría dentro de la población boliviana ni que con su trabajo se sostuviera el el armazón(hier fig.) Gerüstarmazón de la flamante República: su voz estaba eclipsarüberschatten, in den Schatten stelleneclipsada, tal y como lo había estado durante la Colonia española.

    Esa voz, sin embargo, siempre supo hallarla vía de fuga(hier fig.) Ausweg, Umweg, Möglichkeit vías de fuga para expresar rebeldía. Ya a la hora de empuñarergreifenempuñar la la hondaSteinschleuderhonda y el fusil en los levantamientos de la insurrecciónAufstandinsurrección en contra de los sistemas de opresión, ya al momento de subir a los escenarios para rimar descontento en tono de rap.

    Aymara quechua sartasiwa
    chamampi chamampi jutaskiwa.
    Ama waqaychu
    ama llakispay
    jaku jaku tukuy
    yawar masiy kuna.
    (Wayna Rap)

    No es casual que jóvenes aymaras y quechuas (las dos poblaciones indígenas más grandes de Bolivia) hayan adoptado el hip hop como herramienta para amplificar su indignada voz. Después de todo, las raíces de la cultura hip hop se internan en las periferias urbanas de Estados Unidos, allí donde las voces de jóvenes afroamericanos e hispanos comenzaron a versar las desigualdades a las que estaban sometidos. Fue cuestión de tiempo para que los elementos constitutivos del hip hop: el rap (canto), el djing (música) y el breaking (baile) fueran la tendencia cultural dominante en Estados Unidos y, desde ese momento, esta cultura juvenil se irradiaría al resto del mundo.

    El rap irrumpió en Bolivia en los años 90. En las grandes ciudades las voces de Public Enemy, Dr. Dre o Control Machete se colaban en radios y discotecas, mientras que grupos de jóvenes replicaban en su vestir y en su cantar el nuevo estilo cultural. Amor, sexo y pandillas eran, en general, la fuente principal para los nacientes raperos. Pero algo más profundo también comenzaba a fermentarse, especialmente en El Alto.

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