Nicaragua es un país en el que el poeta Rubén Darío le disputarstreitig machendisputa el trono al el mismísimo DiosGott selbstmismísimo Dios. La poesía es la reina de las calles, la religión también. Y no van solas, de la mano llevan a la novela. De hecho, este año el ganador del Premio Cervantes, Sergio Ramírez, es nicaragüense. ¿Qué hace la literatura instalada entre los veintiséis volcanes, siete de ellos activos, de este pequeño país?
Nicaragua es un país de contrastes, situado entre la controvertido/aumstrittencontrovertida Honduras y la pacífica Costa Rica, entre el alegre mar Caribe y el profundo océano Pacífico. La mitad de su territorio está ocupada por la vegetación: el bosque húmedoRegenwaldbosque húmedo, selva tropical y subtropical que compartir escenariogemeinsam erscheinencomparten escenario con paisajes desérticos –casi lunarMond-lunares– de cráteres y negras arenas volcánicas. Nicaragua vive entre la riqueza y la pobreza, y los nicaragüenses sobreviven con con los pies pegados a la tierramit beiden Beinen auf der Erdelos pies pegados a la tierra, casi por obligación, pendiente de(hier) in Erwartungpendientes de el temblorErdbebentemblores, gases, cenizas y la lava de sus volcanes; y la cabeza en las nubes, gracias a las dar alasbeflügelnalas que da la literatura.
Nicaragua se encuentra en el el istmoLandengeistmo que une Norteamérica con Suramérica; tiene un territorio de casi 130 000 kilómetros cuadrados y un clima estable durante todo el año con una temperatura agradable. Los suelos son ricos en minerales gracias a la actividad volcánica, destacan entre los cultivos el tabaco y el café, por su calidad. El turismo ecológico es un el valor en alzaWert im Steigenvalor en alza en este país que en los últimos años ha decidido mostrar sus increíbles paisajes.
Lea el artículo completo sobre Nicaragua en la revista Ecos del mes de mayo.
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