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    Perú: Una familia en la pandemia

    INTERMEDIO
    Enrique García y su hijo Joaquín en su piso de Miraflores
    Von Giancarlo Sánchez-Aizcorbe Chiappo

    Perú es el segundo país con más casos de coronavirus en América Latina, después de Brasil. Y esto a pesar de las estrictas medidas que impuso el Gobierno desde el inicio de la pandemia: el régimen de excepciónAusnahmeregelungrégimen de excepción, cuarentena y el toque de quedaAusgangssperretoque de queda. El confinamiento empezó el 16 de marzo. A finales de abril, el presidente Vizcarra decidió prolongarlo hasta el 10 de mayo. Al cierre de esta edición, el Gobierno se ha visto obligado a prolongar el régimen de excepción una vez más, al 30 de junio de 2020.

    Lo cierto es que el encierro y la economía paralizada durante dos meses han poner contra las cuerdasjdm. sehr zusetzenpuesto contra las cuerdas a muchos peruanos. Sobre todo, a los más pobres. En el país andino se están produciendo verdaderos éxodos desde la capital y los centros urbanos hacia el campo. El miedo a la enfermedad, el desempleo y el hambre están empujando a muchísimas familias a volver a sus el lugar de origenHerkunftsortlugares de origen. Otros son más afortunados.

    Es el caso de Enrique García, músico profesional de 49 años. Tiene dos trabajos: trompetista de la Orquesta Sinfónica Nacional del Perú y profesor de la Universidad Nacional de Música. Como funcionario del Estado, sigue recibiendo un sueldo, pero sus la laborArbeitlabores se han reducido: “Ya no damos conciertos. Nuestra única obligación es grabar el extracto(hier) Auszugextractos de la música que íbamos a interpretar, y se los enviamos al director de la orquesta. Es más que nada para mantenernos activos y practicar”.

    Su segundo trabajo, como profesor, sigue realizándolo mediante videoconferencias: “No es lo mismo. Muchas veces la conexión a Internet es mala. Además, el aprendizaje de un instrumento musical requiere el contacto directo”.

    Enrique vive con su familia, su esposa Laura y su hijo Joaquín, en el barrio limeño de Miraflores. “Está prohibido salir; solo para hacer las compras, y una sola persona. Los niños no pueden salir a la calle. Joaquín no sale desde ese día, a mediados de marzo. Esto hace que haya días bravo/a(hier) rau; (fig.) stürmischbravos. Y el problema es que, claro, cuando la cosa se pone fea en la casa, no puedes decir ‘Me voy a la calle a tomar un café’. ¡Si sales, meterle preso a alguienjdn. festnehmen, verhaftente meten preso!”.

    El Gobierno peruano aplicó una medida muy controvertido/aumstrittencontrovertida, que luego retiró: días de salida diferentes para hombres y mujeres: “Lunes, miércoles y viernes salían los hombres; martes, jueves y sábados, las mujeres. El domingo, nadie. Quien no lo cumplía, a la comisaría(ugs.) ab aufs Polizeireviera la comisaría. Tampoco hay que olvidar que estamos en toque de queda, es decir, nadie puede salir desde las seis de la tarde hasta las cuatro de la mañana”.

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