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    Portugal: Lo más bello del país vecino

    INTERMEDIO
    Ecos 13/2018
    Der Torre de Belém im Stadtteil Belém (Portugal)
    Von Ana Bustabad Alonso

    Portugal está de moda, y las cifras de turismo así lo demuestran. Muchos europeos visitan ahora la apasionada Lisboa, la señorialherrschaftlichseñorial Coimbra, la vida bullicioso/alaut; (hier) geschäftigbulliciosa de O Porto, o están descubriendo la Serra da Estrela, la del Gerés, el Algarve, el Alentejo… Tantos lugares únicos que tiene Portugal.

    España comparte con Portugal la Península Ibérica, que ya los romanos o los el/la sefarditaSephardesefarditas consideraban una; y es que a los dos lados de la frontera se esconden destinos con muchos atractivos, por eso es hora de romper las últimas fronteras. Hora de reinventarneu erfindenreinventar Hispania, Sefarad, Iberia. Vamos a descubrir las ciudades con encanto de Portugal, su naturaleza, su cultura y sus playas.

    Las ciudades más bonitas: Lisboa

    Como pocas ciudades en el mundo, Lisboa conserva intacto el el sabor(hier) Atmosphäresabor de otros tiempos en sus calles empedrado/agepflastertempedradas, en sus tranvías, en sus tiendas centenarias. Visitarla es hacer un viaje al pasado por una de las ciudades más bellas del mundo; hay que comprar en sus lojas (tiendas) de toda la vida; callejearbummelncallejear por la Baixa, el barrio más señorial; descubrir el Chiado, que sigue siendo el barrio de los cafés y los artistas.

    Subir y bajar por la Alfama, donde comenzó todo; asomarse aein Blick hineinwerfenasomarse al castillo de San Jorge, recorrer la gran Avenida da Liberdade de aires parisinos, recuperar(hier) wiederherstellenrecuperada como paseo público tras casi dos siglos… Visitar Campo de Ourique y el Bairro Alto…

    Es imposible caminar por Lisboa y no mirar al suelo: Lisboa fue la primera ciudad que utilizó el suelo empedrado –tipo mosaico, generalmente en blanco y negro– que tanto caracteriza a las la urbeGroßstadturbes de habla portuguesas, tanto en Portugal como en Brasil. Caminando por la ciudad pueden descubrirse cientos de diseños diferentes: la carabelaKaravellecarabelas, delfines, cangrejos, estrellas de mar, lagartos, la cenefaBorte, Bordürecenefas de los más variados diseños de piedra caliza y basalto. Es tan tradicional esta forma de cubrir aceras y la calzadaFahrbahn; Straßecalzadas, que los lisboetas han levantado una estatua en homenaje a quienes las hacen, los “calceteiros”. Está muy cerca del Rossío, en la rúa da Vitória, frente a la iglesia de San Nicolau.

    En la plaza Luís de Camões entramos en uno de tantos kioscos tradicionales que hay por toda la ciudad; ahora han sido reconvertidos/assind umgewandelt wordenhan sido reconvertidos en bares con terraza, donde se sirven licores portugueses y café.

    Linie 28 der Straßenbahn Lissabon

    Por aquí pasa el antiguo tranvía 28, el más famoso de la ciudad, que utilizan todos los turistas, y que hace un recorrido por los lugares más visitados hasta terminar en el Bairro da Graça; aunque puede tomar cualquier otro tranvía –eléctrico- para ir más cómodo y mezclarse con los ciudadanos locales.

    De todas las tiendas vintage que se pueden encontrar en Lisboa, quizá la más auténtica sea “A vida portuguesa”, un proyecto de la periodista Catarina Portas que ha rescatarbewahren, wieder entdeckenrescatado los antiguos productos que marcaron la vida de los portugueses en el siglo XX. Si se quiere comprar un regalo entrañableliebenswertentrañable y bonito, son muy típicas las andorinhas de Bordalo Pinheiro (1846-1905), ilustrador y escultor local, que se hacen con los el moldeModell, Formmoldes originales del artista.

    Los portugueses son muy hospitalarios y acogedores, y casi todos hablan español –e inglés, si fuese el caso– sin mayor problema. De todas formas, siempre está bien aprender un par de palabras en portugués –Bom día (buenos días)–, -Muito obrigado, muito obrigada (muchas gracias)– para agradecérselo. Aunque al final, como siempre en cualquier viaje, el idioma más universal sea la sonrisa.

    Cascais, Estoril y Sintra

    Muy cerca, en la estación Cais do Sodré, los trenes de cercanías llevan al viajero a Cascais, un municipio costero conocido mundialmente por su localidad más señorial, Estoril, la cuna de espíasHeimat der Spionecuna de espías. Su costa hermosa y templado/a(Klima) mildtemplada acoge todo el año a pescadores, extranjeros que disfrutan aquí de su retiro y surfistas de todo el mundo, conformarbildenconformando un paisaje humano ecléctico y cambiante.

    Muy cerca, la montaña mágica de Sintra, con su impresionante y colorido Palacio da Pena, durante el siglo XIX residencia de la familia real portuguesa, y considerada, la expresión máxima del romanticismo en Portugal.

    Kapelle Almas in Porto

    Oporto, decadente encanto

    Más al norte, también en la costa, la otra gran ciudad portuguesa, Oporto. Su arquitectura, el clima atlántico, su gastronomía y el encanto decadente de sus calles han hecho de ella una de las ciudades más turísticas de toda Europa, que reúne cada el solsticio de veranoSommersonnenwendesolsticio de verano, noche de San Juan, a medio millón de personas. No hay que perderse su mercado del Bolhao, el espectacular edificio del Palacio de la Bolsa, ni la visita a una de las bodegas de sus famosos vinos, en la orilla del río Duero. Desde aquí, precisamente, es donde se consigue la mejor vista de la ciudad.

    Si quiere saber más sobre Portugal, lea el artículo completo en nuestra revista Ecos 13 / 18.

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