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    Venezuela: La eterna cola

    AVANZADO
    Ecos 5/2018
    Schlangestehen in Venezuela
    Von Alberto Andreo

    Colas, colas y más colas. En esta palabra se podría resumir la vida cotidiana del venezolano a día de hoy. Cola para sacar dinero, para comprar comida, para echar gasolina, para el pan, para entrar y salir de las ciudades, para el metro, para salir del país por los el paso fronterizo terrestreGrenzübergang zu Landpasos fronterizos terrestres. Pero no colas de unos pocos, largas filas de decenas, incluso centenares, miles de personas a las que apenas les alcanza un sueldo que, pese a los el incremento regularstetige Erhöhungincrementos regulares por parte del Gobierno, quedan en nada ante la inflación que azota al país desde hace meses, y que fue cifrada en 2616  % en el año 2017 por el Parlamento.

    La simple aparición del azúcar en un supermercado puede convertir un establecimiento en el que apenas hay gente en el local de moda del momento. Rápidamente se corre la vozdie Nachricht verbreitet sichse corre la voz, las cadenas de whatsapp se activan. Los productos básicos como el arroz, la harina, el café son los más demandado/a(nach)gefragtdemandados. No se quedan muy atrás los del el aseo personalKörperpflegeaseo personal. Con los medicamentos la gente se arriesga menos, y acuden a las asociaciones y grupos reconocidos en las redes sociales por su labor sin ánimo de lucrogemeinnützigsin ánimo de lucro.

    La Encuesta Sobre Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi), hecha por varias de las principales universidades del país y presentada en febrero, reveló que el 64 % de los encuestados de casi 6200 hogares perdió de promedio 11 kilos por no poder acceder aZugang haben zuacceder a alimentos durante 2017.
    Varios de los encuestados aseguraron haberse acostado con hambre, no conseguir los alimentos necesarios para llenar su nevera o que habían eliminado o recortado las raciones en los platos. La dieta balanceado/aausgewogenbalanceada es cosa del pasado.

    “Tenemos el reporteBerichtreportes dramáticos de madres decidiendo a cuál niño van a alimentar tal día”, aseguró durante la ponencia de presentación(hier, etwa) Vorstellung des Berichtsla ponencia de presentación la doctora Marianella Herrera, de la Universidad Central de Venezuela, uno de los centros más reconocidos del país.

    A Joao Guterres, dueño de una panadería en el este de Caracas, no le extrañan esas cifras. Varios niños esperan a las puertas de su establecimiento a que alguien les brindar(hier) anbietenbrinde cualquier cosa. Una imagen que se repite desde hace meses en muchos de los locales que venden comida. Como la de gente rebuscar endurchsuchenrebuscando en la basura.
    “Al principio ni estaban, venía gente mayor, pero desde hace unos meses comenzaron a llegar cada vez más jóvenes, y la gente, buena como es, les regalaba cualquier cosa. Con la situación cada vez peor ya cumplen el mismo horario que la panadería”, explica. Reconoce que molestan a la clientela, sobre todo en la terraza de su local, pero que no puede hacer nada y la policía tampoco ayuda. “Cuando ven a un uniformado, salen corriendo y vuelven al poco tiempo. Les decimos que no molesten a los clientes y ya(hier) und fertigy ya”, afirma con el fuerte acento portugués heredado de sus padres. Esta situación se repite en la mayoría de los locales de la zona.

    En el resto del país la cosa no está mejor con el tema de la comida. Los medios de comunicación locales informan todas las semanas de saqueos a establecimientos y a camiones de transporte de alimentos en las mismas carreteras. Fotos y vídeos de estos sucesos se expanden con rapidez por las redes sociales.

    La situación de la sanidad es parecida. Con una escasez de más del 90 % de medicamentos, según el el gremio farmacéuticoApothekerverbandgremio farmacéutico, el mercado negro de remedios e los insumos médicos(LA) medizin. Produkte u. Gerätschafteninsumos médicos ha llevado incluso a la compraventa de la bolsa de sangreBlutkonservebolsas de sangre para transfusiones, como han revelado trabajos periodísticos.
    Desde hace meses, diversas asociaciones de enfermos han reiterarbekräftigenreiterado al Gobierno que se emplee en cubrir las necesidades del sector. Se han dado casos comprobados de pacientes el paciente trasplantadoTransplantationspatienttrasplantados que han terminar rechazandoletztlich zurückweisenterminado rechazando un riñón por no encontrar los medicamentos necesarios.

    Estos grupos y la oposición política venezolana han exigido al el EjecutivoRegierungEjecutivo que abra un canal humanitario para la entrada de alimentos y medicinas, una petición rechazada por el Gobierno bajo el argumento de que podría dar pie a una invasión militar encubierto/averdecktencubierta.

     

    Alberto Andreo, periodista español. Ha trabajado en España y América Latina. Ha sido corresponsal en Venezuela y otros países latinoamericanos. Actualmente reside en Ecuador.

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