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    Samanta Schweblin y sus historias fantásticas

    INTERMEDIO
    Ecos Audio 10/2018
    Die argentinische Autorin Samanta Schweblin.
    Von Covadonga Jiménez

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    Samanta Schweblin (Buenos Aires, 1978), escritora argentina, cuentista y ante todo narradora de historias tiene una amplia trayectoria literaria, especialmente por sus libros de cuentos y relatos breves. A continuación va a escuchar una entrevista exclusiva con Samanta Schweblin, por Covadonga Jiménez. Después de escuchar la entrevista haga un ejercicio de comprensión de texto.

    Ecos: Muchos de tus temas son los relatos de las relaciones familiares. ¿Quién te descubrió el amor por la literatura?

    Samanta Schweblin: Mi mamá me leía cuentos desde que yo era muy, muy pequeñita y eso fue algo muy importante para mí. Y después, hubo una figura muy importante alrededor de mis ocho o nueve años que fue mi abuelo materno, que era un el artista plásticobildender Künstlerartista plástico argentino muy reconocido, Alfredo de Vincenzo, y él tenía una adoración por algunos poetas como Alfonsina Storni, Gabriela Mistral, o César Vallejo... Y leía muy mal, pero de una manera muy apasionada. Yo salía mucho con él, íbamos a museos, a teatros, salíamos por Buenos Aires. Él me enseñó a viajar sola en tren, en el subteU-Bahn in Buenos Airessubte… Entonces, para mí era todo una aventura estar con él. Y me enseñó que cuando la aventura se acababa había anotar lo que había pasado y cuando uno anotaba lo que había pasado pasan cosas todavía mejores que tenían que ver con elegir que de todo lo que había pasado era importante para vos(RioPl) duvos, tenía que ver con elegir las palabras con las que uno iba a sostener ese mundo que ahora era del pasado, pero que uno podía revivirwiederaufleben lassenrevivir en el texto... Y todo esto fue el primer el aprendizajeUnterricht, Lernprozessaprendizaje para mí de la escritura.

    Ecos: Cuentas que a los 12 años te pelearse con el lenguajeeine verbale Auseinandersetzung habenpeleaste con el lenguaje y dejaste de hablar, ¿cómo ocurrió?

    Samanta Schweblin: Sí, yo tuve una pelea muy grande con una de mis grandes amigas. En Argentina cuando uno tiene doce años, es justo el año en que uno termina el primario y pasa a la secundaria. Es un año muy movilizante para mí. Y yo me peleé y me di cuenta después, pensando en la pelea, de que uno de los grandes problemas por los que yo la estaba pasando mal era por el lenguaje. O sea, realmente había una distancia abismalabgrundtiefabismal entre las cosas que yo quería decir y lo que realmente podía decir, ¿no? Y una mezcla de la desazónVerdrussdesazón y de depresión y de furia de este evento que me sacudirerschütternsacudió tanto, me decidió… yo no recuerdo cómo pasó, pero sí recuerdo que de pronto dejé de hablar. Y dejé de hablar durante mucho tiempo, fue casi un año, tanto fue así que era ya comúnmente aceptado, por ejemplo, por mis maestros. A ningún maestro mío se le ocurría decirme que pase dar la lección(RioPl) etwas aufsagena dar la lección porque sabían que yo no hablaba de verdad. Alguien me pedía una goma para borrar y yo le pasaba la goma sin contestar; o sea, yo no hablaba. En mi casa hablaba, poco, pero hablaba, pero en la escuela no. Y fue tan tremendo que la directora del colegio le dijo a mi mamá que si durante las vacaciones del verano no me mandaba a una psicoanalista, que demuestre que yo era una persona normal, yo no iba a poder pasar al secundario y mi mamá indignado/aempörtindignada, pero cercado/a(hier) in die Enge getriebencercada por esta condición no le quedó otra que…es blieb ihr keine andere Wahl als …no le quedó otra que mandarme a un psicoanalista… estuve tres meses yendo a una psicoanalista y la psicoanalista le escribió una carta a la directora diciéndole que yo era una persona completamente normal, con un absoluto desinterés por mi entorno. Y yo amé a esa psicoanalista, la amé; a pesar de que la odié los tres meses que iba, cuando yo leí esa carta, pensé esta es la única mujer que me entiende… Así que me dejaron seguir, y claro, cuando cambiar de aires(hier) Tapeten wechselncambié de aires empecé a hablar de nuevo.  

    Ecos: Aparte de ser el/la cuentistaVerfasser/in von Kurzgeschichtencuentista, también has escrito novela, Distancia de rescate (Random House). Dónde te sientes más cómoda, ¿escribiendo cuentos o novelas?

    S. Schweblin: Ahora hay una nueva novela y es una novela más larga, entonces puedo ahora sí decir que estuve en los dos terrenos, cosa que no sentía antes con Distancia de rescate, sentía más bien que era un cuento largo, que el mercado muy bien presentó como una novela. Yo creo que todavía el cuento sigue siendo un el espacio de confortKomfortzoneespacio de confort para mí, o sea siento que ante una idea, lo primero que pienso es en escribir un cuento, es lo instintivo para mí, pero también debo aceptar que no me recuerdo ninguno de los casos ni siquiera cuando surgieron las dos novelas, pensando esto va a ser una novela o esto va a ser un cuento. Más bien lo que recuerdo es un movimiento natural entre tener una idea, algo que uno quiere contar y obtener una cantidad de páginas como consecuencia del tiempo que lleva contar esa idea. Todo lo demás me parece una cuestión mas bien de etiquetas, de mercado, de cantidad de páginas… siento que no tiene que ver con mi proceso creativo, ¿no? Es una cosa que le pertenece a los el editorVerlag; Herausgebereditores. Pero, bueno, sí es verdad que en las novelas cuesta más, es un trabajo de más el largo alientolanger Atemlargo aliento. Cuesta más la escritura, y en los cuentos cuesta más la idea, ¿no? Es mucho más lo que pienso y lo que preveo; y cuando me siento a escribir ya todo está hecho. En la novela siento que no hay que pensarlo tanto y que el texto se va descubriendo sobre la marcha(hier) während des Schreibenssobre la marcha; y en cambio, el trabajo tiene más que ver más como un trabajo de la hormiguitaAmeise, (hier fig.) fleißige Bienehormiguita, por ahí de edición cuando el texto se terminó, ¿no?

     

     

    Si quiere conocer mejor a esta autora argentina y su obra, lea una entrevista más amplia y exclusiva en la revista Ecos del mes de octubre de 2018. Además, en este número podrá descubrir a la nueva generación de escritores latinoamericanos que están llenando las librerías de todo el mundo.

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